miércoles, 4 de junio de 2008

Hay que saber perder...


La mayoría de mis colegas son colocolinos, y hoy se daban el pésame unos a otros y culpaban de la derrota al árbitro, al pelado Acosta, al aire marino y a cuanta cosa pudiera justificar la contundente derrota. Me gusta el fútbol, mi marido y su familia son albos de corazón y hasta comencé a creerme alba también, pero con el partido de ayer sentí una alegría que no pude demostrar abiertamente (soy, considerada) y es que soy viñamarina e imaginé a mis amigos, vecinos y compañeros de liceo saltando y gritando de alegría, definitivamente no soy alba, la verdad es que de ningún color, el fútbol es entretenido pero de ahí a sufrir por él... En fin está bien que alguna vez le toque bailar con la linda a otro, así se aprende a saborear la derrota y asumir que el rival fue "mejor"...

2 comentarios:

Tía Fabiola Herrera dijo...

Encuentro muy bueno tu comentario al respecto, ya que debo decir que me dio vergûenza ver a hombre viejos y harto peluditos yaaaa! Llorando por una derrota,siendo incapaces de asumir que existen otros que también pueden ganar, ok!

¡Viva la life!

Anónimo dijo...

Claudia: Soy colocolina, pero centrada, es decir, amo el triunfo y soy mesurada ante él, pero no me complica la derrota. Es un sólo evento. Vendrán muchos, pero los títulos ganados son los que importan. Eso sí, queda un saborcillo amargo.
Isabel